GALOPANDO AL ATARDECER

Originarios del área que existe alrededor de la ciudad de Hafling, limitrofe entre Italia y Austria, los caballos Haflinger son descendientes directos de los caballos nativos que históricamente habitaron las montañas de la región del Tirol y de los caballos árabes que llegaron a esa zona, lo que ha permitido que esta raza haya heredado la firmeza de paso de los primeros y la elegancia y ritmo de los segundos. Se dice que todos los Haflinger actuales proceden de un mismo semental árabe introducido en 1868 para mejorar la calidad de la crianza.

En un principio los Haflinger  fueron caballos utilizados para labores de carga y también empleados en tiro ligero en zonas montañosas, pero a día de hoy gracias a su mansedumbre, temperamento apacible, fortaleza física y facilidad de manejo se ha convertido  en muy populares en todo tipo de actividades ecuestres y generalmente son caballos Haflinger los encargados de llevar de excursión a los turistas, además de servir de animales de iniciación en muchas disciplinas hípicas.

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LINCE IBÉRICO, la joya de nuestra fauna.

El lince ibérico (Lynx pardinux) parece haber superado como especie, la situación critica en la que se encontraba y comienza a salir del negro túnel de la extinción. No obstante hasta hace poco era el felino más amenazado del mundo. Hoy ese "honor" lo tiene el leopardo de amur una subespecie de leopardo que habita en el norte de China y sudeste de Rusia, del que se cree existen menos de un centenar de ejemplares.

En 2002 la población de nuestro querido gato contaba con noventa y cuatro individuos entre los cuales se encontraban veintisiete hembras reproductivas, esta mínima población se encontraba en Andalucía y además separadas en dos grupos aislados entre ellos. Después de décadas de investigación para su cría en cautividad y la posibilidad de reintroducción en el medio natural y gracias a fondos del programa LIFE europeo, en 2018 se realiza un nuevo censo con la grata sorpresa de constatar el incremento de la población de lince ibérico y que ésta llega a casi setecientos ejemplares, repartidos por Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y el sur de Portugal. A día de hoy la población sigue en aumento pero las amenazas aún persisten, atropellos con vehículos a motor, caza furtiva, cepos y lazos dirigidos a otras especies animales, envenenamiento ilegal, etc. Un dato, desde el año 2000, han muerto en Doñana cincuenta y siete linces, veinticuatro fueron atropellados. El lince ibérico se alimenta casi exclusivamente de conejos, también alguna ave y pequeños mamíferos, es por ello imprescindible que la población de conejos en las áreas que habita se mantengan y estén sanas. 

Los programas de cría en cautividad están funcionando y esperemos que en un futuro no muy lejano este icónico animal desaparezca de las nefastas listas que ha ocupado hasta ahora. 

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BOREALIS

La Aurora Borealis, también conocida como aurora boreal, es un fenómeno donde luces vívidamente coloreadas aparecen en el cielo en lugares de alta latitud, como regiones polares, Alaska y el norte de Canadá. Las impresionantes vistas inspiraron muchas historias míticas entre las poblaciones indígenas de América del Norte, que trataron de explicar lo que vieron. Las historias varían mucho en base a las emociones asociadas con ellas. Mientras que algunas culturas, como los Ojibwe, creían que las luces eran un buen augurio, otras tribus, por ejemplo los inuit de la bahía Hudson, creían lo contrario. En algunos casos se tomaron muy en serio. Por ejemplo, los inuit del lejano norte de Alaska llevaban cuchillos para protegerse de las luces. Los Ojibwe creían que las luces eran su héroe cultural Nanahbozho, el creador del mundo, que se trasladó al norte y encendió un gran fuego para que su gente del sur supiera que estaba pensando en ellos. Por otro lado, los inuit de la bahía de Hudson tenian miedo de las luces y pensaban que eran linternas de demonios que perseguían almas perdidas. Los diferentes grupos de inuit tienen la mayor parte de las interpretaciones de las luces. En Groenlandia creían que las luces eran espíritus bailarines de niños que no podían sobrevivir al nacimiento, y algunos inuit de Alaska creían que eran espiritus de los animales que cazaban, como focas o ciervos. El Menominee de Wisconsin vio las luces como antorchas usadas por buenos gigantes mientras arponeaban peces por la noche. Los iroqueses pensaban que las luces eran puntos de entrada a la Tierra de las Almas y los Lakotas las vieron como espiritus de las generaciones futuras esperando el nacimiento.

Fuente: Natural Hábitat Aventures; Northern Wilds

 

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